Esta receta lleva los sabores clásicos de la pizza a un nivel más saludable. Las pechugas de pollo , ricas en proteínas magras, apoyan la construcción muscular y mantienen la saciedad. La salsa de tomate natural aporta licopeno, un antioxidante que promueve la salud cardiovascular y protege contra el daño celular. El queso mozzarella añade grasas saludables y calcio, mientras que las hierbas italianas realzan el sabor sin necesidad de exceso de sal. Este platillo es perfecto para quienes buscan opciones bajas en carbohidratos pero llenas de nutrientes y sabor.
Precalentar el horno:
Precalienta el horno a 200°C (400°F). Engrasa ligeramente una bandeja para hornear o forra con papel encerado.
Preparar las pechugas:
Coloca las pechugas de pollo en la bandeja para hornear. Sazona ambos lados con sal, pimienta, ajo en polvo y orégano. Rocía un poco de aceite de oliva sobre las pechugas para evitar que se sequen durante la cocción.
Añadir los ingredientes de pizza:
Unta una capa fina de salsa de tomate sobre cada pechuga de pollo. Espolvorea el queso parmesano sobre la salsa y luego cubre generosamente con queso mozzarella. Asegúrate de distribuir bien los ingredientes para que cada bocado tenga un toque de pizza.
Hornear:
Hornea durante 20-25 minutos, hasta que las pechugas estén bien cocidas (la temperatura interna debe alcanzar 75°C o 165°F) y el queso esté burbujeante y dorado.
Servir:
Decora con hojas frescas de albahaca para dar un toque aromático y sirve inmediatamente. Puedes acompañar con una ensalada verde o espárragos salteados para completar la comida.
Variaciones:
Versión vegetariana: Sustituye las pechugas de pollo por rodajas gruesas de berenjena o calabacín horneadas.
Versión picante: Añade chile en polvo o rodajas de jalapeño sobre la salsa de tomate.
Versión gourmet: Incorpora pepperoni, champiñones o aceitunas negras como toppings adicionales.
Consejos:
Para un sabor más intenso, deja marinar las pechugas con salsa de tomate y especias durante 10-15 minutos antes de hornear.
Guarda las sobras en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta 2 días. Recalienta en el horno para mantener la textura crujiente del queso.
Este plato es ideal para quienes siguen dietas bajas en carbohidratos, como keto o paleo.
Un smoothie bowl refrescante y colorido con base de mango, plátano y leche de coco, decorado con granola crujiente y frutas frescas.
Pechugas de pollo al horno cubiertas con salsa de tomate, queso mozzarella y especias italianas. Una versión saludable de pizza que es baja en carbohidratos pero llena de sabor.
Una ensalada fresca y colorida con pollo desmenuzado, aguacate cremoso y un toque cítrico de limón. Perfecta para una cena ligera llena de sabor y nutrientes esenciales.
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